Desde hace más de 30 años, en el Centro Anacerh, acompaño a madres, padres y familias que buscan comprender lo que muchas veces no tiene explicación lógica:
Niñ@s y adolescentes que sienten profundamente, que ven más allá, que parecen recordar algo muy antiguo, que no encajan en etiquetas ni diagnósticos, como TDAH, hiperactividad, sensibilidad extrema, bloqueos emocionales o síntomas físicos sin causa clara.

Niñ@s que dibujan símbolos sagrados, que mencionan libros que jamás han leído, que nos hablan —sin saberlo— el lenguaje del alma.
Muchos de ellos han llegado a mí con mensajes que resuenan con la Cabalá, con la sabiduría universal, con una memoria espiritual que va más allá de esta vida.
Yo los llamo, con amor y respeto: niños cabalistas.
No porque estudien Cabalá, sino porque su alma vibra con la verdad de lo eterno.

El Centro Anacerh se está dando a conocer más ampliamente, con el fin de ofrecer a más personas —especialmente a padres y madres— la oportunidad de explorar algo más allá de lo que esta sociedad nos aporta a nivel material.
En la actualidad, hay un creciente desequilibrio en los niños y adolescentes, provocado en gran parte por no comprender el origen y la raíz de estos procesos.
La familia es la base fundamental para ayudar a los jóvenes, y el papel de las madres y abuelas es crucial en este trabajo.

Aquí no tratamos solo síntomas.
Escuchamos el alma.
Acompañamos a las familias desde una mirada holística, emocional, espiritual y ancestral.
Para recuperar el equilibrio interior, es necesario entender lo más importante: integrar al ser humano con el universo. En este proceso, el cuerpo actúa como un vehículo que permite conectar con el alma y llevar a cabo la evolución de la humanidad, en la cual la paz y el amor son esenciales.

Acompañamos desde:

• Sanación emocional y energética de madres y padres
• Comprensión de los patrones heredados de generación en generación
• Lectura profunda de la expresión emocional y simbólica de los niños
• Apoyo en casos de TDA, TDAH, hiperactividad, Asperger, ansiedad y sensibilidad extrema
• Integración espiritual basada en la Cabalá, el despertar interior y la conexión familiar

Niños, niñas y adolescentes están reclamando a padres, madres y a la sociedad en general que asuman esta responsabilidad.
Por ello, es fundamental compartir estas experiencias, entendiendo que el trabajo familiar es la solución a muchos de los desafíos que enfrentan las nuevas generaciones, como los desequilibrios de atención y otros desórdenes del comportamiento.

Mi experiencia personal y profesional, que abarca más de 30 años, avala los resultados obtenidos en este proceso de acompañamiento y aprendizaje, donde el Centro Anacerh integra la madre Naturaleza con las leyes del Cosmos y las leyes Divinas, todo ello para intentar mejorar la salud, las relaciones humanas y promover la paz en el mundo.

Los resultados de este trabajo se reflejan, sobre todo, en los cambios internos y externos del ser humano.
Estas nuevas generaciones se benefician gracias a la responsabilidad de todos aquellos que somos conscientes de que hay algo más que simplemente seguir viviendo en la ignorancia de un sistema basado en el control y el miedo, un sistema que tanto nos está perjudicando a nivel humano y familiar.

LA EDUCACIÓN MÁS URGENTE NO ES LA ACADÉMICA, ES LA DEL ALMA.

Acompañar a estos niñ@s e adolescentes implica educar el corazón de los padres y madres, que muchas veces también arrastran historias no resueltas.
Pero también implica algo más profundo: educarnos a nosotros mismos como hijos e hijas adultos.
Reconocer que hemos heredado dolores, traumas o silencios de generaciones anteriores…
Y que solo cuando nos hacemos responsables de nuestra sanación, liberamos a nuestros hijos y honramos a nuestros padres.

Esta no es solo una propuesta terapéutica.
Es un acto de amor consciente, un camino familiar hacia la verdad, la salud y la libertad interior.

“Estos niños no vienen a adaptarse al mundo… vienen a ayudar a transformarlo.”

¿Estamos dispuestos a escucharlos?